Alberto Miñarro lleva más de dos décadas investigando su árbol genealógico y su estudio ha sido validado por un profesor de la Universitat Politècnica de València
Lo que empezó como una simple afición cuando tenía 18 años, se convirtió más tarde en una investigación en toda regla. Alberto Miñarro, vecino de Torrent, sintió curiosidad por conocer las raíces de su familia tras el fallecimiento de su abuelo. Dos décadas y media después, descubrió que proviene de una familia aragonesa, los Abarca, que son descendientes de Pedro III y Jaume I.
“Con 18 años tuve la inquietud de ver cuáles eran mis antepasados preguntando a mis padres y abuelos; recabé una serie de datos iniciales y fui al Registro Civil, y después a los registros parroquiales”, explicó Alberto Miñarro. “Pude desarrollar mi árbol genealógico con estas actas bautismales hasta 1516”, añadió.
“Enlacé antepasados míos con otros expedientes de infanzonía del Archivo Histórico Provincial de Zaragoza, y me topé con una familia, los Abarca, nobles, con personajes históricos, y pude ir tirando cada vez más atrás en el tiempo hasta llegar a Pedro III, el hijo de Jaume I, a través de la familia Luna; Violante de Aragón era nieta de Pedro III y bisnieta de Jaume I”.
Todo esto lo narra de memoria este vecino de Torrent que, a sus 44 años, ha dedicado su tiempo libre de los últimos 25 años a esta investigación.
“A lo mejor había años en que no podía seguir, pero después lo retomaba; he tenido muchos inconvenientes, porque acceder a algunos archivos parroquiales no es fácil, y en otros te cobran tasas; hay otros que se han quemado por las diversas guerras que se han producido; es como un rompecabezas que poco a poco vas componiendo”, relató Miñarro.
No contento con haber hecho estos descubrimientos, decidió que debía compartir su hallazgo con alguien que pudiera validar su investigación. Y fue entonces cuando recurrió a un vecino de Torrent, doctor y profesor de Derecho Constitucional en la Universitat Politècnica.
“Mi primera recomendación fue que plasmara por escrito la metodología que había seguido; me comentó que continuaba con la investigación, desplazándose a varios puntos de Aragón, a pueblos concretos, y yo le animé, pero le insistí en la metodología, que es lo que justifica científicamente los vínculos de sangre”, aseguró José Carlos de Bartolomé.
“Puedo decir que soy descendiente de Jaume I; ha sido un descubrimiento que no era mi objetivo en esta investigación, pero que ha surgido como carambola”, apuntó Alberto Miñarro.
“Esta investigación es absolutamente fidedigna, sólida y real, y cuando entronca con fuentes históricas, ahí ya no podemos poner en tela de juicio la labor de historiadores que han plasmado por escrito otros registros; por lo tanto, es absolutamente cierta y un camino absolutamente sólido”, concluyó el profesor José Carlos de Bartolomé, doctor en Derecho Constitucional.
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