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jueves, 17 de febrero de 2011

La ciudad subterránea de los muertos en Alcoy.

La ciudad subterránea de los muertos en Alcoy.

El único cementerio de España con galerías en el subsuelo.
LA CIUDAD SUBTERRANEA DE LOS MUERTOS EN ALCOY.
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lunes, 02 de noviembre de 2009

* Las galerías reciben los nombres de San Antonio, San Fabián y San Severo.
* Se construyeron para acelerar los enterramientos y aprovechar el terreno.
* El cementerio de Alcoy contiene piezas Eclécticas y Modernistas.


«Abandonad toda esperanza aquellos que entráis aquí». Las palabras que Dante imaginó cinceladas sobre la puerta del Hades alertán a quienes se introducen en las catacumbas de París, unas de las más extensas –y macabras– de Europa.

En el cementerio municipal de Alcoy , en Alicante, son tres santos quienes dan la bienvenida a unas galerías subterráneas que, aunque mucho más modestas, son únicas entre los camposantos civiles de España.

San Antonio Abad, patrón al mismo tiempo de este cementerio, da nombre a uno de los tres pasillos de criptas, mientras que las galerías de San Fabián y de San Severo fueron así denominadas en honor (o por decisión) del alcalde de la época y de su secretario municipal.

La razón por la que se construyeron estos pasajes no está clara. Posiblemente, según explica Josep Maria Segura, director del Museo Arqueológico Municipal Camil Visedo, la complicada orografía de la zona fue una vez más determinante y «para aprovechar los desniveles de terreno, se idearon estas túneles subterráneos».

Estas criptas están dotadas de una arquitectura moderna y funcional, al tiempo que gozan de iluminación y ventilación. Por este motivo, explica Segura, no es de extrañar que Enrique Vilaplana Julià, el arquitecto encargado de diseñar el cementerio en 1885, hubiese visto este tipo de construcción en alguna otra capital de Europa, ya que «era un hombre muy a la última en las tendencias artísticas, científicas y arquitectónicas de la época».

La falta de espacio o la necesidad de dar sepultura de forma rápida y ordenada podría ser otro de los motivos por los que se construyeron estas catacumbas. De hecho, la construcción del Cementerio de San Antonio Abad, el segundo «público o ventilado» en el municipio, surgió como consecuencia del proyecto de Ensanche y Rectificación de la ciudad en 1875, para sustituir al anterior de 1812, que había ya sido absorbido por el crecimiento de la ciudad y estaba obsoleto.
Riqueza arquitectónica y artística

Según la investigadora Crispina Ruíz, que ha publicado algunos estudios sobre el valor patrimonial del arte funerario alcoyano, este cementerio se plantea como una auténtica necrópolis o "ciudad de los muertos" y se caracteriza, además de por las galerías subterráneas, por los panteones construídos por la burguesía textil a finales del XIX y principios del siglo XX.

Eclecticismo y Modernismo son los lenguajes arquitéctonicos utilizados por esa clase social, los mismos que para construir sus viviendas en Alcoy.

No obstante, indica Ruiz, «algunos estilos y especialmente el gótico o el bizantino mantienen su prestigio y se imponen sobre el resto, posiblemente por su asociación con la sobriedad. Por otra parte, en este campo tan íntimo los burgueses eran especialmente conservadores».

En este sentido, predominan los panteones de estilos medievalizantes: neogótico, neorrománico y neobizantino, como los de la familia Santiago Botella (1895), el de Anselmo Aracil Jordá (1902), proyectado por el arquitecto Vicente Pascual o el de la familia Vicens (1910).

El neoegipcio, que no fue usado en el campo de la edificación, se destaca en el ámbito funerario por el sentido simbólico de preocupación por la muerte que poseía esta civilización. Como ejemplo destaca el panteón de la familia de José Monllor Jordá (1896).

El modernismo queda prácticamente reducido a la labor de escultores o a detalles decorativos puntuales. En este sentido destaca el trabajo realizado por el escultor Lorenzo Ridaura, en el panteón de Agustín Gisbert, dueño de la famosa "Casa del Pavo", así como las figuras de la Fe, Esperanza y Caridad que esculpió en el panteón de Francisco Moltó Valor.

El arquitecto Timoteo Briet, proyecto en pleno auge de la Sezession, y siguiendo su propia línea estilística un panteón para Pascual Vilaplana Gisbert, que es prácticamente el único con detalles de la vertiente vienesa del modernismo.

En general los monumentos funerarios modernistas son intimistas y románticos, frente a los monumentos eclécticos, más triunfalistas. "El movimiento moderno introducirá una actitud más pragmática ante la muerte", indica la historiadora. (Fuente: El Mundo)

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